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VIOLENCIA VICARIA

Fuente: Mónica Villalba | Revista Personae

¿Alguna vez te ha pasado que tu cónyuge o expareja se lleva a tus hijos y no te los regresa? ¿Fin de semana con papá y cuando esperas su llegada un domingo o en la fecha pactada no llegan? ¿Papá te ha negado la convivencia con ellos? Quizás aún no lo sepas, pero si esto te ha pasado, fuiste o estás siendo víctima de Violencia Vicaria

El término Violencia Vicaria es acuñado por la psicóloga clínica y forense Sonia Vaccaro. Se trata de un tipo de violencia en la que uno de los cónyuges busca atacar al otro a través de los hijos “usándolos” como rehenes o escudo para dañar a la madre quien vulnerable tras el acontecimiento se muestra imposibilitado de seguir ejerciendo su rol de madre. (www.soniavaccaro.com)

La Violencia Vicaria, es considerada como una forma de violencia intrafamiliar donde la figura paterna primero ejerce todo tipo de violencia como psicológica, emocional, física, económica, patrimonial, e inclusive se llega a dar la alienación parental con los hijos quienes generalmente son manipulados, agredidos o sustraídos como instrumento para seguir lastimando a la madre.

Tratando de entender un poco el término, uno pensaría que la mejor solución a este tipo de acción, podría ser el divorcio, donde a través de un convenio legal se estipule la patria potestad de los hijos menores, sin embargo, aun existiendo dicho documento, hay quienes por cuenta propia toman la decisión de hacerse cargo de los hijos con tal de afectar o hacerle más daño a la madre.

A finales del año 2022, la Violencia Vicaria fue reconocida en Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia como una forma de violencia intrafamiliar, sin embargo, no fue sino hasta hace unos meses se ha comenzado a incluir en el Código Penal de algunos estados de la República (Cuernavaca, Morelos), por lo que la buena noticia para quienes están pasando por este tipo de violencia es que ya tendrá en un futuro no muy lejano el castigo de cárcel.

Las madres que han luchado para que esto suceda, se enfrentan primero a sobrevivir a la culpa y la vergüenza que les genera ser víctimas de todo tipo de violencia y además deben soportar la violencia institucional pues deben tratar con instancias gubernamentales que, en lugar de protegerlas, las ignora y en muchos casos también son perseguidas, pues en el modus operandi de sus exparejas interponen denuncias falsas usando a los niños como carne de cañón para su venganza.

Testimonio Sra. Gabriela Enríquez

Soy mamá de 2 hijos varones que fueron sustraídos por su padre durante la pandemia, cuando ellos tenían 8 y 10 años, 3 años y medio después no los he podido ver, ni hablar con ellos.

Al padecer esta situación me vi obligada a buscar ayuda pues me encontré en un callejón sin salida, en todos lados me informaban que no era delito lo que estaba sucediendo, ya que mis hijos se encontraban con su padre y él tenía derecho. Por esta razón me volví activista y me uní a colectivas de madres que viven esta misma situación.

Trabajando con ellas y al estar en contacto con tantas otras madres, puedo asegurar que cuando la violencia vicaria aparece, es porque a puerta cerrada, dentro de la intimidad de la familia y de la pareja, ya estaban ocurriendo otro tipo de violencias simultáneamente. 

Al principio inician las violencias más sutiles como bromas hirientes, humillaciones públicas, negación de sentimientos, ley del hielo, te separan de tu familia y amistades hablando mal de todos, creando conflictos propiciando que te vayas quedando sola y sin apoyo.  A la par, se manifiestan otro tipo de violencias como la económica -en donde no te dejan trabajar o te restringen el gasto para tener absoluto control de todo-. La patrimonial en la que te despojan de lo que te corresponde por derecho, es decir, venden tu coche, empeñas tus cosas y ponen todo a su nombre para que quedes completamente a su merced, vulnerable y si en algún momento quieres irte o contradecirlo tiene manera de obligarte a desistir, pues te ves en una situación en la que dependes completamente de él, no fue mi caso, pero la mayoría de las veces estas mujeres son golpeadas y también forzadas a tener relaciones sexuales.

Ya con la autoestima mermada y sin independencia económica y con miedo, los hijos que también han vivido esto como observadores, pasan a ser parte activa, y se convierten en carne de cañón y depositarios del odio hacia la madre para perpetuar el maltrato que quizá ya no puede ejercer el padre directamente.

Lo peor de todo esto, es que además de lo anterior, cuando finalmente una decide tomar la decisión de divorciarse, comienza el acoso por la custodia de los menores y la pensión alimenticia, lo cual da inicio a la VIOLENCIA INSTITUCIONAL, donde se permiten denuncias falsas, burocracia, corrupción y nos enteramos que todas las violencias anteriormente narradas no tienen ningún castigo, aunque están reconocidas en la Ley de Acceso para una vida libre de violencia para las Mujeres, aún no tiene correspondencia en el código familiar ni civil. 

Psicológicamente hablando, este tipo de violencia afecta directamente a los hijos de la pareja acarreándoles problemas de personalidad, estados de estrés post traumático, depresión, cuadros de ansiedad, o bien, se vuelven vulnerables y optan por buscar la forma de escapar a través de drogas, malas compañías, matrimonios precoces, embarazos no deseados, en muchas ocasiones se llegan a hacer autolesiones y lo más común es que repitan el patrón de abuso ya sea como víctimas o victimarios.

La Violencia Vicaria es un tipo de maltrato psicológico muy complejo, cuyo resultado puede derivar en altos índices de suicidio, feminicidios, e incluso infanticidios según los casos reportados en el frente nacional contra la violencia vicaria.

Bien dicen que “Nunca se sabe con quién se casa hasta que te divorcias”, y hoy quiero compartirte algunos rasgos de las personas que suelen ejercer este tipo de violencia: Por lo regular se trata de hombres y/o mujeres con personalidad narcisista, de rasgos psicópatas y/o sociópatas, controladores, que les gusta vivir de la mentira, gente que se maneja cordial o sociable ante los demás, personas agresivas pasivas o violentas que suelen victimizarse ante los demás.

Actualmente existe una agrupación formada por mujeres que han experimentado la violencia de género en todas sus manifestaciones emocional, psicológica, física, económica, patrimonial, sexual y la más cruel de las violencias: LA VIOLENCIA VICARIA.

En 2022, se registraron 5,029 infancias víctimas de violencia vicaria y se documentó la violación de los 20 derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes en dichos casos.

Lamentablemente hoy en día la Violencia Vicaria no ejerce ningún tipo de acción penal, por lo que miles de víctimas en su mayoría MUJERES se encuentran en una lucha constante en su afán de ser escuchadas por las autoridades correspondientes para que se castigue conforme a derecho la cruel acción de sustraer a los hijos con el único fin de dañar a quien está pasando por esto.

*(Información tomada de la página oficial del frente nacional contra la violencia vicaria. www.fncvv.com)