Menu

UN AÑO DE INVASIÓN EN UCRANIA

La incursión de Rusia ha dejado 18 mil civiles muertos, entre ellos cientos de niños, además de millones de desplazados y cerca de 300 mil militares fallecidos.

Por: Hugo Maguey | Gaceta UNAM

Foto: Reuters

El 24 de febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania. La noticia corrió en el ámbito mundial y los análisis sobre el conflicto y sus posibles alcances no se hicieron esperar. Algunos preveían que sería un enfrentamiento que duraría poco tiempo por la diferencia entre las potencias; el poder militar de Rusia no tenía comparación contra un ejército ucraniano mucho menos numeroso y con armas de menor poder.

A un año del inicio de esta guerra, no se ve para cuándo pueda terminar; al contrario, analistas internacionales y académicos ya lo califican como un conflicto sin fin, dado que en las negociaciones, los acuerdos y las sanciones no han logrado frenar la escalada del enfrentamiento.

Los números

Hasta el momento, el número de muertos civiles es indeterminado, pero la Organización de las Naciones Unidas calcula que han perecido 18 mil personas, entre ellos unos 400 niños y personas de la tercera edad.

En cuanto a los militares muertos, las fuentes señalan que Rusia ha perdido alrededor de 180 mil soldados, mientras que Ucrania, unos 100 mil. Otras fuentes, como las agencias de noticias occidentales AP, Reuters y AFP, dan cuenta de 150 mil militares fallecidos por bando.

En contraste, en 10 años de guerra contra Afganistán, de 1979 a 1989, la entonces Unión Soviética sufrió la muerte de 15 mil militares. La razón de la diferencia de bajas es, desde la narrativa occidental, que Rusia ha enviado reclutas mal preparados, incluso prisioneros a los que fuerzan a unirse a los combates a pesar de su poca pericia y los pocos recursos armamentistas.

Según el comisario de Justicia en la Comisión Europea se han denunciado 65 mil presuntos crímenes de guerra cometidos por militares rusos, a quienes se les imputan ejecuciones, violaciones, torturas y secuestro de niños.

La guerra en Ucrania se ha convertido ya en el peor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que terminó en 1945.

El panorama en Ucrania deja ver destrucción masiva en sus principales ciudades, más al este y sur del país. Desde edificios hasta infraestructura, fábricas inoperantes, y una estela de muerte que se incrementó desde que en abril, Moscú intentó tomar la capital, Kiev.

Rusia y Ucrania son los mayores exportadores de granos en Europa, por lo que el costo económico del gobierno de Kiev ha sido devastador, con una contracción de su Producto Interno Bruto de 35 por ciento, según información del Banco Mundial.

La Escuela de Kiev considera que Ucrania ha sufrido daños que ascienden a 138 millones de dólares, además de 34 mil millones en el sector agrícola. La UNESCO contabiliza también la pérdida o daño irreparable de 239 sitios culturales, así como de 3 mil escuelas.

Para expertos como Talya Iscan, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, el coste más alto de la guerra ha sido para la población civil. El número de migrantes hacia otros países de Europa es de 8 millones de personas, además de 5 millones de desplazados internos. Entre las naciones que más han recibido a los migrantes, están las de la excortina de hierro: Polonia, Rumania, Hungría, Bulgaria y la República Checa. Según el gobierno ruso, 5 millones de ucranianos han huido hacia Rusia.

Lo que sigue

Esta guerra no tendrá un fin en el corto plazo, concuerdan los especialistas, sino que dependerá de las agendas de las potencias involucradas, más aún, de Rusia y Estados Unidos, pues la comercialización de armas y la ayuda que dan en armamento serán determinantes para que llegue o no a término.

Para el gobierno de Kiev, Rusia planea una ofensiva que coincida con el primer aniversario de la guerra, lo cual podría incluir un nuevo intento por tomar la capital ucraniana.

Por su parte, Ucrania reúne los apoyos militares de Estados Unidos, Alemania y otros países de occidente para enfrentar nuevos ataques, mientras que su presidente Volodimir Zelensky, señala que su gobierno intentará recuperar todo el territorio ucraniano capturado por Rusia, incluida Crimea.

Foto: Reuters.

Un conflicto al que no se le ve fin

Quien más sufre es la población civil, debido a los desplazamientos, la crisis alimentaria y la migración que ha provocado la invasión a Ucrania: Talya Iscan, de la FCyPS.

Foto: Reuters.

Aun año de la guerra en Ucrania, quien más sufre es la población civil, señala Talya Iscan, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCyPS): “Estamos hablando de una dimensión humanitaria que desde el primer día empezó a generar una crisis de desplazamiento de refugiados y de migrantes que ha impactado no sólo a los países involucrados, sino también a los que están alrededor, como Rumania, Moldova, Polonia, incluso las fronteras con Rusia. También está la crisis alimentaria que ha generado indirectamente en África del Norte y en las zonas menos desarrolladas de Asia. Ucrania y Rusia son los mayores exportadores de cereales y fertilizantes, así que con la guerra, los bloqueos y las sanciones, los primeros que fueron impactados fueron los pueblos más vulnerados. Se trata de una crisis global con múltiples dimensiones”.

El conflicto que inició el 24 de febrero de 2022 se ha alargado de forma indefinida; las pláticas y negociaciones no han tenido resultados. Al respecto, Iscan comenta: “Se trata de una guerra duradera porque cuando se atiende una parte del conflicto no se garantiza que otros problemas se resuelvan. Tiene que ver con las agendas de las potencias, y si a eso le sumamos el tráfico de armas, lícito e ilícito, día a día se pone más complejo”.

Un año de sucesos

Para la especialista en Relaciones Internacionales, en 12 meses de conflicto “hubo muchas cosas: vimos un referéndum no reconocido; que los pueblos del Donbás sí querían ser parte de Rusia, pero la comunidad internacional no reconoció esa anexión; una resistencia inesperada por parte de Ucrania; que Estados Unidos y varios países occidentales lucraron a través de la ayuda militar, porque no se sabe qué parte es altruista o donación y cuál se está contando como una deuda. También, cómo fue impactada la infraestructura ucraniana. Pudimos observar que el conflicto escaló y también el sufrimiento; asimismo, la llegada de tanques alemanes y de Estados Unidos, así como cambios en la política exterior rusa y los procesos de toma de decisiones. Es un conflicto muy duradero, bastante complejo, en el que se han tomado las posibilidades de negociación, pero no han tenido éxito. Fracasó Francia como nación mediadora; Turquía llegó al nivel máximo por el simple hecho de haber juntado los dos países enemigos, y aun así, no hubo éxito”.

Sin ganadores

Para Talya Iscan, en la batalla las cosas siguen agravándose, pues en términos geopolíticos “Rusia va teniendo más territorio, pero, al mismo tiempo, en términos económicos está recibiendo sanciones más fuertes que claramente lo están impactando. Ucrania está generando una narrativa y una gran campaña de mercadotecnia de heroísmo occidental; sin embargo, la infraestructura de la nación está destruida y se quedan sin recursos y armas, y lo único que queda es pedir más ayuda, que se traduce en comercio de armas. ¿Y quiénes son los dueños de ese sector? Estados Unidos.

Para terminar, la académica señala: “no es un enfrentamiento únicamente entre Ucrania y Rusia, sino entre todo lo occidental, y Rusia. Creo que no hay victoria ni pérdida en esta guerra”.