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TODA HISTORIA SIEMPRE TIENE DOS LADOS (PARTE 2) MARIELENA HOYO

Por: Marielena Hoyo Bastien

SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

Animalidades
Animalidades

Si bajo la NOM 042 -a cargo de la Secretaría de Salud- que regulaba los antirrábicos ocurrían tantas infamias y barbaridades contra los pobres animales ahí derivados, incluyendo su previa, arbitraria y cruenta captura, hoy sin tal y como lo previne, se vuelven a documentar terribles masacres sobre perros en acciones… ¿suboficiales?… bajo total impunidad, lo que además aumentará especialmente en municipios alejados del ojo público y arraigados a esos viejos y crueles “usos y costumbres”, a partir del reciente “aviso epidemiológico por rabia humana” emitido desde la SSa tras los cercanos fallecimientos por ese virus. Lo anterior, obvio, ha despertado ya radicales reacciones del sector protector, como de hecho acaba de acontecer en una “perrera” localizada en Zumpango, EdoMex, donde tras denuncia ciudadana los aguerridos jóvenes de la organización SERES LIBRES entraron al rescate de varios chuchos, sólo que topándose al tiempo con un dantesco escenario: aparte de perros en terribles condiciones, medio centenar de cadáveres, algunos mutilados y otros incluso semienterrados. Sólo Dios sabrá el infierno que habrán vivido esas criaturas y que merece a más de la clausura del lugar, ejemplar castigo a sus victimarios.

En otro asunto, entrándole ya a finalizar con el tema comprometido la semana anterior inicio recordando que para el preciso CASO GOLDENS mantengo indignación y coraje, pero no presento conflicto de interés al no unirme absolutamente ningún tipo de vínculo con los dos principales involucrados: Javier Gómez, el presunto maltratador y Elena Chávez, la denunciante. Que mi franca y exclusiva intención al sostener mi posición es que se reconozcan los numerosos errores cometidos en contra de los perros a los que se pretendió proteger, a fin de evitar que acción similar se repita en CDMX o en cualquier otro lugar de la República. Asimismo, para que se termine por aceptar que en este asunto se tomaron decisiones muy equivocadas que condujeron a la dolorosa pérdida de muchas vidas y, que tanto desde el GCDMX y el delegacional, así como por parte de la “rescatista”, intervinieron de palabra, obra y omisión personas todas que tuvieron… ¿o tienen?… un grado de responsabilidad y tal vez hasta de culpabilidad (si queremos ser serios y no aplicar la ley del embudo) por la muerte y/o ¿desaparición? de 14 de las 37 criaturas que se supone salvaguardarían de un terrible explotador, al que va mi resto que con todo y las muy cuestionables condiciones en que los tenía, no se le hubieran muerto los cachorros. Le significaban dinero. Pero nada de ello calmó la precipitación de Elena, para entonces muy influyente funcionaria-protectora de la Delegación Iztapalapa, desde donde se emprendió el ejercicio con un doble interés. Bien lo saben todos los actuantes que accedieron a un voluntarioso capricho que pudo resultar menos riesgoso, más sencillo, dinámico y seguro por la vía civil, pero…

Eso no importó, como tampoco la forma improvisada de “manejar” y destinar a esos inocentes, lo que particularmente terminó en la muerte casi inmediata de 5 cachorros que apenas alcanzando los 45 días de vida todavía no habían sido vacunados, pero eso sí, conducidos a un antirrábico donde lo que no traían pescaron. Igualmente, al tratarse de un caso con intención penal la revisión de cada perro debió proceder in situ y en tiempo paralelo al aseguramiento y por parte de peritos expertos en materia de crueldad y maltrato y no haberse movilizado a los lomitos hasta no contar con los dictámenes, pero no, ganaron las ansias de meter a la cárcel al criador a como diera lugar y, en una de esas, hasta poder disponer de la propiedad. En fin, que…

Los sobrevivientes, según fui informada, quedaron en buenos hogares bajo la figura de adopción y sólo los más viejos con Javier. Hay más que se me queda en el tintero sobre este asunto, pero dos temas muy importantes me apartarán de seguir sobre ello: una muy interesante propuesta legislativa sobre delfinarios a nivel federal y la confusa, contradictoria y omisa iniciativa para una ley de protección y bienestar animal capitalina, que su promovente, un diputado del Verde llamado Jesús Sesma intenta vender como la panacea. Seguramente los primeros que se impresionarán con ese proyecto serán los californianos. Ellos apenas prohibieron a partir del presente mes y a nivel estatal, la producción y venta de productos elaborados con piel de animales, convirtiéndose así en el primer lugar de los EE. UU. en promulgar una ley de esa magnitud. Hicieron valer sus principios, moral y co-no-ci-mien-tos por sobre cualquier otro interés. ¿Me estás leyendo inútil?

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