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SERMÓN DE NAVIDAD PARA LOS ANIMALES, RELOADED

Por: Marielena Hoyo Bastien

En recuerdo amoroso de JAMBI y TOTO, orangutanes que este mes hubieran celebrado 33 y 32 años de edad, respectivamente, de no haber terminado muertos prematura y negligentemente en el Zoológico de Chapultepec-CDMX.

Animalidades

Hace cuatro días secuestraron al Niño Jesús de un incompleto nacimiento puesto en la comunidad de Sant Vicent del Raspeig, España, y los jóvenes que lo hicieron, no contentos con el estólido robo, todavía fueron capaces de solicitar 2 mil euros para no hacerle daño al figurín, por cierto, colocado en el sitio antes de tiempo. Me pregunto entonces si aquello hubiera podido suceder, de haber incluido en tal representación al burro y a la vaquita faltantes, tratándose de seres harto protectores de su entorno. En fin, que la simpática anécdota me dio el pretexto perfecto para optar por cerrar año, de nueva cuenta, con el Sermón para los Animales original del escritor alemán Ernst Wiechert (1887-1950), por supuesto en una versión libre respecto a su traducción, y esta vez con dedicatoria especial a la nueva generación de lectores-lectoras… ¡gracias!… que han ido descubriendo esta periódica publicación al compartir conmigo su preocupación, respeto y amor hacia todas las maravillosas criaturas. Va, pues, el texto:

“Mis humildes amigos, en esta Nochebuena quiero hablarles especialmente ahora que por todas partes del mundo los seres humanos celebramos el nacimiento de Jesús y pocos se acuerdan de que ustedes fueron los más cercanos a su alumbramiento; testigos presenciales del momento en que el Verbo se hizo carne para derramar eternamente su luz sobre la Tierra. Desde la penumbra del establo, las miradas de sus grandes ojos mansos observaron serenamente el nacimiento del Niño Dios, y desde los campos vecinos llegaron otros muchos animales, junto a sus pastores, para rendirle un homenaje esperanzador al pequeño. Fue entre ustedes, en un sencillo pesebre, donde nació Jesús, pues los humanos no tuvieron lugar para recibirlo. Sin embargo ustedes sí, además de mostrar humildad para acogerlo con júbilo a pesar de que la humanidad los ha relegado manteniéndolos a la sombra, donde han aguardado pacientemente y desde hace muchos años por su redención. Solamente los puros de corazón les han abierto los brazos y los han aceptado como prójimo en el gran Reino del amor de Dios. Es por eso, mis buenos compañeros, que quiero agradecerles y pedirles su perdón. Agradecerles por todos los bienes que nos proporcionan, y pedirles perdón por el daño que constantemente les causamos. Es más, quisiera ser un rey tan sólo por esa noche para reunirlos a mi alrededor y ofrecerles todo lo mejor que haya, ya que me siento su deudor desde el primer día de mi existencia y por toda la eternidad. Qué no daría por ser un mago solo por esa noche y poder llegar de un solo golpe a todas sus moradas en los bosques, aguas, cielo o bajo el suelo, hablándoles en sus lenguas para ofrecerles paz y consuelo. Quisiera también cubrir con velitas el más alto de los pinos para celebrar la Navidad en su compañía, mis amigos olvidados, asegurándoles que llegará el día en que cansados de odiar, de acumular, de perseguirlos y matarlos, los humanos despertemos de esa pesadilla para comenzar a mirarlos con cariño y a tratarlos con ternura y, cuando llegue ese momento, compartir con ustedes no sólo el pan, la tierra y el dolor, sino también el Cielo que siempre soñamos y de esa forma ganarnos su indulgencia, tal como le sucedió al pie que llegó solo al Paraíso porque el hombre al que le pertenecía había sido muy malo, pero con ese pie le había aproximado un balde de agua a un camello sediento”.

Dios bendiga, pues, esta Navidad y que el año por venir sea para todos de paz y prosperidad. Gracias a ejecutivos, jefes y compañeros por permitir y hacer posible la destacada aparición semanal de Animalidades, ya por 25vo año consecutivo, y mi particular reconocimiento al querido Eduardo Lamazón, que con una constancia impresionante por muchos de esos años ha compartido este espacio entre su Red mundial Animalera que tanto me retroalimenta, práctica a la que recientemente se sumó la admirada y valiente Zuemy Roldán, quien generosamente ha dado cabida en su popular sitio Zu Zu Soytuvoz a este humilde escrito dedicado a la vida animal no humana. Abur, y espero que nos podamos reencontrar el próximo 4 de enero.

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