Menu

QUERIDO VIEJO… | POR MARIELENA HOYO

Por: Marielena Hoyo Bastien

Se cumplió un año de que la ProFePA intervino drásticamente el mal llamado “Santuario Black Jaguar White Tiger”, encontrando bajo miserables condiciones a poco más de 200 animales, en su mayoría grandes felinos, algunos monos, coyotes y hasta cuatro perros y dos equinos sobre los que imagino el “aprovechamiento” a que estaban destinados. Los animales fueron repartidos, cual mercancía, entre varios zoológicos supuestamente registrados como UMA o PIMVS, y por ahí también se enviaron otros a improvisadas instalaciones en Sinaloa. Dado lo anterior resulta prioritario conocer a detalle el destino y condición que actualmente guarda cada individuo, así como la razón de no presentar a Eduardo Serio y compinches ante la autoridad competente. Y no me vengan con que al estar abierto el procedimiento no se puede proporcionar información. Estoy harta de que los animales siempre salgan perdiendo… aún cuando ya lo habían perdido todo… y que a sus verdugos humanos no les pase nada.

Animalidades

En otro tema, les participo que justo hoy se conmemoran (porque celebrarlos está dudoso) 100 años de que el tradicional Zoológico de Chapultepec-Alfonso Luís Herrera abrió sus puertas al público, sembrando de esa forma una historia en cada mexicano y particularmente en la misma CDMX a cuya comunidad le ha servido siempre gratuitamente. De entonces a la fecha, mi querido y no añorado viejo ha pasado por varias etapas; unas maravillosas y otras oscuras y a veces, las menos, en combinación, según cada administración, más por lo que a la mía respecta, sin duda me tocó la más dura, pero a la vez la mejor; 15 años que me permitieron tener el privilegio de la cercanía con todas las especies y romper con la tradición de entenderse a ese espacio como coto exclusivo del género masculino.

Asimismo, porque conté con el apoyo de las más altas autoridades del gobierno capitalino y de los mismísimos presidentes que me tocaron, sin cuyo soporte difícilmente hubiera salido avante del encargo, máxime, al estrenarme con la única huelga que en su historia ha tenido el querido zoo, aunque apenas haya durado unas horas. Igualmente me ayudó mucho el respaldo de empresarios y por supuesto el de los medios de comunicación que arroparon y propagaron mis ideas y sueños, pero sobre todo, me sostuvo el inmenso cariño y reconocimiento de una ciudadanía que apechugó con tranquilidad el que por poco más de dos años le cerrara su lugar preferido para darle lugar a un sitio más armónico y adecuado para la fauna cautiva; reconstrucción que incluyó asimismo un cambio filosófico al quedar los animales a nivel de la vista o más arriba de ser posible, promoviendo así su importancia y el respeto que les debemos.

Se juntó, pues, mi aguante y perseverante debut con la voluntad política, dando como resultado la total transformación del espacio hasta convertirlo en un hogar para sus eternos huéspedes, que pasaron de ocupar inmundas jaulas de 2 X 3 m a dominar recintos con vegetación, cuerpos de agua y lo que mas se pudo en terreno tan acotado. Me tocó igualmente implementar, con el sustento de un maravilloso equipo, el primer curso educativo reconocido por la SEP e igualmente el privilegio de nacimientos tan emocionantes como los de varios pandas gigantes, incluso en una segunda generación, lo que reposicionó internacionalmente a la Institución. Al igual provocó azoro mundial el nacimiento del malogrado gorila BANTÚ, como resultado de la unión de un macho considerado estéril y una hembra fuera ya del programa reproductivo, y como así, famosos fueron mis hijos no biológicos, los orangutanes JAMBI y TOTO que hicieron las delicias de chicos y grandes durante sus paseos vespertinos.

En fin… que requeriría tomos para contestar qué etapa me había gustado más y cuáles habían sido mis mejores y las más difíciles experiencias, pero sin duda, lo más complejo fue responder a la insistente pregunta sobre el futuro que espero para ese zoológico al que no miro con más años de vida bajo su actual concepto. Por angas o mangas no logró penetrar educativamente a la distancia de tantos años, cuando demostrado está que todavía se sigue exigiendo que leones y tigres bailen y “rujan” por las mañanas y confundiéndose al gorila con el chimpancé y al chimpancé con los orangutanes. Siendo así es hora de jubilarlo con honores, principalmente por su ubicación, además en una capital harto contaminada ambiental, sonora y lumínicamente, permitiendo dar paso… quizás a distancia de una generación… a zona que quede como recuerdo de un cautiverio que nunca debimos permitir. ¿Qué para algunas especies es indispensable? ¡Ah bueno!, pero esa ya es otra historia…

producciones_serengueti@yahoo.com

marielenahoyo8@gmail.com