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NUNCA HAY QUE DEJAR DE VOLAR

Fuente: Raquel Estrada | Revista Personae

Volar desde un lenguaje simbólico nos lleva a desarrollar el potencial que el ser humano tiene para lograr las metas y objetivos que se ha propuesto, buscando que sean alcanzables para evitar la frustración cuando no se han realizado y solo quedan como ideales no cumplidos. “Volar” también significa una sensación gratificante de libertad, y la posibilidad de elección, sin que influyan los comentarios negativos y la crítica de otras personas. Es una sensación de paz y tranquilidad porque no existe nada que pueda intervenir en la toma de decisiones, por lo general, representa la autonomía de elegir lo que se desea.

Ahora bien, para lograr sentirse en libertad no se debe reprimir las emociones, de lo contrario, esto ocasionará ser preso en la cárcel interior y es cuando se altera el estado emocional con grandes consecuencias para la salud. Por tanto, el efecto dominó repercute en el actuar de la persona, y como solución, se puede optar por gestionar las emociones negativas para convertirlas en positivas. Así mismo, cambiar los esquemas mentales que han provocado alteraciones en el comportamiento, es decir, entender la importancia de cuidar la libertad que se perdió por encontrarse en un momento vulnerable y buscar que ayude a sentir nuevamente, la tan anhelada expansión del ser.

En alguna ocasión, hemos escuchado “Vuela tan alto que no te alcancen tus miedos”. Se piensa que es fácil, pero al momento de ponerlo en práctica se hace todo lo contrario, entonces podemos decir que el miedo es un pulpo que abraza los pensamientos, y se puede ser presa del temor al no contar con las herramientas emocionales necesarias para desafiar lo que mentalmente se crea. Cuando esto pasa, hay que entender qué genera el sentir miedo, esto puede transportarnos al pasado, a lo que no se ha enfrentado, y con el transcurrir del tiempo, ha tomado fuerza alterando la vida en un paradero de terror sofocante y solamente afrontándolo, es cuando la libertad aparece, como una gran luz que ilumina el camino hacia la transformación y ese temor, no vuelve hacer gobierno.

Cuando se logra emprender nuevamente el vuelo, se debe reparar en las personas que nos acompañan y elegir quién se ha ganado un lugar especial y es parte de nuestro mundo, tomando en cuenta, que no solo está presente en los momentos gratos, también en situaciones difíciles; es alguien en quien se puede confiar y su apoyo es incondicional. Sin embargo, también hay personas tóxicas, que solo buscan hacer daño. A partir de esta situación aparece el semáforo en rojo y es necesario, emprender el vuelo, aunque las alas estén cansadas de volar tan alto, para evitar que la mala energía arrastre a lo negativo. Cada persona que pasa por la vida deja algo de sí, de las malas experiencias solo se deben rescatar las enseñanzas como aprendizaje y continuar…El gran viaje por la vida.

Y como las aves, continuar sin mirar atrás, recorriendo el mundo, acompañado de los sueños por realizar. Abrir las alas, aunque a veces se sienta que se está solo o quizás, como uno más de la multitud, pero hay que recordar… “Nunca hay que dejar de volar”, aunque la fatiga aparezca, las tormentas interiores provoquen insomnio y los obstáculos sean como gigantes demoledores. Hay que tener el espíritu y la valentía de un águila para seguir, no importa si se tiene que empezar desde cero, siempre con la mirada puesta en el horizonte. En ocasiones se sentirán ganas de parar y está bien, hay que aprovechar ese descanso como un respiro necesario para cargarse de energía positiva, motivarse y desafiar las expectativas. Solo, no hay que quedarse estacionado por mucho tiempo en ese estado porque aparece la apatía y la necesidad de estar en la zona de confort, donde no existe la movilidad y la vida siempre es de cambios, retos y aventuras.

Cada logro representa haber pasado antes por un desafío y al final se podrá disfrutar de lo que se obtuvo, pero antes, hay que atreverse a confrontar al destino y no esperar ser llevado y conducido por la corriente en su fuerza voraz que alejará del objetivo principal. Emprender de nuevo el vuelo implica una decisión y es cuando la fuerza interior fortalece el espíritu, que tiene la capacidad de aprovechar las oportunidades que se presentan, porque ellas son las encargadas de generar la energía que se requiere para llegar lejos, todo es cuestión de perseverar y no rendirse. Nunca hay que dejar de volar y vivir la vida con plenitud y entusiasmo.

CONSEJOS DE LAS AVES

Se encuentran en armonía con su entorno y les gusta disfrutar cada día. Se reúnen en grupo para emprender el vuelo. Desarrollan el trabajo en equipo y tienen un guía como su líder, al cual respetan y es elegido de manera democrática porque saben que es el más preparado, el más empático y siempre busca el bien común. Cada una sabe que es hermosa y no se comparan con nadie, solo externan su propia personalidad, única y cautivadora, haciendo lo que mejor saben y aportando beneficios para su comunidad. Les gusta disfrutar los lugares que conocen y se consideran parte de un bello paisaje. Así mismo, viven el presente sin quedarse atrapadas en el pasado y cuando aparece la tormenta, ellas encuentran un lugar seguro para refugiarse, y apoyan a las más débiles.

Aprenden diferentes técnicas para sobrevivir y utilizan sabiamente las ramas de los árboles para construir sus nidos y proteger a sus crías. Están conscientes que la felicidad es solo un instante y no se puede detener, pero la disfrutan enormemente, ya que les dejó gratas sorpresas. Sus bellos colores las hace vistosas y eso les permite pasearse con seguridad y libertad, al sentirse auténticas, pero también son grandes guerreras que todos los días luchan por sobrevivir.

Saben la importancia del trabajo en equipo y permiten que sus lideres las guíen y aprenden de ellos. Cada día saben que se pueden enfrentar a diferentes retos y se preparan para poder salir adelante, con un espíritu de amor hacia el mundo que las rodea. Consideran que el desafío de la vida las puede llevar por un camino agreste y que puede ser el fin, pero han aprendido de sus amigas las mariposas. “Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa”.

Las aves, así como los seres humanos pasan por episodios de estrés, enfermedad y dolor que les produce un comportamiento no saludable, pero siempre el apoyo de los demás aminorará los momentos difíciles. “La unión hace la fuerza”.

Nunca hay que dejar de volar, porque estamos creados para ser viajeros incansables y desplegar las alas para viajar por el mundo, llevando una maleta de sueños, ilusiones y deseos que deben ser cumplidos y con el amor a la vida que es el regalo más preciado que se puede tener.

Psicoterapeuta Raquel Estrada

racheles_03@outlook.com

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