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LINAJE PATERNO: SIMBOLOGÍA Y CÓMO REPERCUTE SU AUSENCIA EN NUESTRA VIDA

Fuente: Zuleyka Franco | Revista Personae

Si bien estamos orgullosos de nuestras madres por tener en un alto porcentaje la responsabilidad, de ser en muchas ocasiones el pilar y el sustento de la  familia en nuestro país, también debemos permitirnos reconocer, que el matriarcado por muy  heroico, valiente, aguerrido y difícil que parezca, también nos lleva a ver al “Padre” desde una parada dentro de nuestro “Clan” en el que es excluido, ya sea porque nuestros progenitores se separaron, porque el hombre toma la decisión de abandonar sus responsabilidades como padre o porque simplemente hay una mujer que decidió o no, ser madre soltera.  En muchas de las ocasiones, la madre viene con heridas no sanadas y es probable que haya sufrido “Abandono” de su padre y dentro de su lealtad familiar, repite (inconscientemente) la historia como madre e hija al mismo tiempo.  Así como el padre también repetirá sus heridas y su dolor en su núcleo más cercano, como la pareja e hijos.

¿Cuáles son las consecuencias de excluir al Padre en nuestras vidas?

Te limitará al éxito social y la fuerza; te quedarás atascado en una energía de lucha; aparecerán las críticas e irrespetos constantes en tus vínculos hacia ti; dependencia emocional donde tolerarás incluso fuertes abusos y pérdida de identidad; inseguridad, dificultad para tomar decisiones y lograr metas y objetivos.

¿Qué representa el Padre en nuestra vida?

El Padre simboliza la profesión, el territorio, el dinero, el trabajo, la pareja. La figura del Padre es determinante. El Padre es nuestra conexión más inmediata con lo físico, lo material, la acción, es determinación, voluntad, poder y reconocimiento.

Cuando las mujeres han tenido un padre ausente, a veces terminan teniendo parejas que viven lejos o presentes-ausentes, o aprenden a mirar el mundo con los ojos de su madre, y si ésta odia la figura paterna, nunca podrá confiar en los hombres. Confiar en los hombres viene de confiar en nuestro masculino, nuestro padre, de él aprendemos a sentirnos vistas, admiradas, seguras, comprendidas, proveídas y exitosas en el hacer. 

En las mujeres, papá representa el primer amor, sin embargo, dependiendo qué tan confusa o distorsionada fue la relación hija-padre y padre-madre, la niña desarrolla una dualidad porque aunque quiere a papá, siente que no puede o no debe hacerlo debido a la “lealtad familiar” que ella tiene como hija con papá o mamá, obviamente este pensamiento se reflejará más adelante en las relaciones de pareja como adulta. Las mujeres muy protegidas por el Padre suelen buscar hombres proveedores, pero probablemente para conseguirlo lo que hacen es incapacitarse para el éxito. Las mujeres que fueron o se sintieron abandonadas emocionalmente por papá van a buscar esa desconexión en relaciones con hombres no disponibles o que no se comprometen con ellas (así no tendrán que sufrir un abandono o el dolor del abandono si termina).

Si se trata de un hijo hombre criado bajo estas condiciones, será un hijo que tratará de quedarse siempre apegado a su madre, porque pensará que al crecer se convertirá en el hombre que la madre desprecia o se volverá la pareja de su madre y teme abandonarla. En los hombres, papá representa la autoestima y la imagen que tienen de sí mismos. Los padres muy críticos que nunca aplauden a los hijos, que siempre exigen más y que nunca están conformes, maltratan su autoestima porque ese padre insatisfecho con lo que es su hijo, frena el camino al éxito y a la masculinidad en la adultez.  Los hombres que tienen mucha lealtad con papá, muchas veces deciden no tener éxito porque sienten que no tienen el derecho de ser más que sus padres o que nunca logran alcanzarlos o estar a la altura.

El “abandono” y el “rechazo” son las heridas más comunes dentro del TRAHI (heridas de infancia), ya sea por padres ausentes física o emocionalmentePuedes hacer una reconciliación en cualquier momento de tu vida, así esté o no físicamente la figura paterna en este plano, no tienes que hablar personalmente con él, ya que lo que tú necesitas sanar está en tu alma, en tu psique y de alguna manera tú escogiste a este hombre como tu padre y la historia que los vincula es la que tú decidiste vivir, el perdón con él es una de las claves para tu sanación.

¿En qué me convierto para ganarme el amor de mi padre?

Mujeres: O no puedo amarte o necesito amarte, esta es una dualidad que tienen las mujeres consigo mismas, con las relaciones y con quienes son. Estos extremos pueden verse como la mujer Alfa (guerrera) y como la Cenicienta.

Hombres: La dualidad de los hombres se expresa con el rol del Proveedor o el Peter Pan, ambos suponen interpretaciones de roles erróneos que se pueden sostener a lo largo de la vida del hombre con herida paterna.

Hay varios tipos de abandono del Padre como el Abandono Forzado (por fallecimiento), el Abandono Emocional y Físico (aunque se viva con él, trabaja todo el día, se ausenta la mayor parte del tiempo o viaja), Emocional y Físico pero literal (no tiene presencia, presente-ausente, comparte sin empatía), Abandono en el Embarazo (abandono a la madre), Abandono por Divorcio y Abandono por otra Relación (posibles infidelidades).

Por eso cuando tenemos problemas para reconocer nuestro valor o nos cuesta empoderarnos para asumir las riendas de nuestra vida hacia el éxito, es hora de echar un vistazo en la relación que tenemos con nuestro padre y reconciliarnos con esa figura paterna.

Como dijimos, papá es quien determina nuestra relación con la profesión, los estudios, proyectos y acciones, también rige los órganos del lado derecho de nuestro cuerpo y el hemisferio izquierdo, encargado de la lógica y el aprendizaje formal.  Reconciliarte con la figura paterna, es una tarea más que todos debemos de hacer en algún momento de nuestras vidas.

Para que puedas avanzar con paso firme en la vida, debes reconocer y darle su lugar en tu vida (aunque éste no se encuentre junto a nosotros) y eso se logra mediante el proceso del perdón, reconciliación y reparación.  Repasa mentalmente tu relación con papá, la historia que los unió y deja salir todo eso mediante la escritura, seguramente descubrirás muchas reclamaciones pendientes que tienes y no te habías permitido realizar, pero que de alguna manera reclamas en otros.

Hay que tener claro, que no nos corresponde sanar, salvar, hacer justicia por la historia de dolor entre nuestros padres; tampoco debemos hacernos cargo de las heridas no resueltas por nuestro padre. Debo sanar yo para no repetir el patrón con los hijos. Entender que nuestro padre desde sus heridas y dolores no sanados, tuvo comportamientos autodestructivos para él y para sus seres queridos, los cuales yo absorbí y debo liberar. Comprender que es mi Padre, pero sus heridas no tienen que ser las mías, logrando en consciencia y en consecuencia desprenderte de la programación negativa que él y del Linaje Paterno traen consigo.  Sanar la relación con tu padre no es tener que hablar con él y crear situaciones incómodas, no es tener que perdonar lo que pasó, no es verlo o estar con él todo el tiempo. Es sanar cuando estás preparado, abierto y en consciencia, es permitirte mirarlo con otros ojos para que todo ese dolor y reclamo (consciente o inconsciente) no lo traslades a tu pareja o hijos. Lo que haya pasado en su vida y por consecuencia en la tuya, no es tu culpa, pero si es tú responsabilidad sanarte y liberarte.

A veces, el mayor acto de amor de un Padre Ausente es justo ese, IRSE, porque tal vez si se hubiera quedado su toxicidad haría más daño. Agradécele porque algo muy bueno hizo, DARTE LA VIDA, y ese era quizá el único propósito de haberse encontrado con tu madre. Y eso salió ¡PERFECTO!