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LEY DE LA VIBRACIÓN POR SOFIA GAMBOA

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Ley de la vibración

‘Resumo los cuatro puntos clave: prepararse y estar listos; detectar, proteger y tratar; reducir la transmisión e innovar y aprender’.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General OMS

 

A inicios de este mes hacía referencia del posible impacto que podría traer a nuestra economía el Coronavirus, mencionándolo como un cisne negro y hablaba de la Ley del Cambio. Ahora analizo los factores geopolíticos en los que vivimos y decido centrarme en la Ley de Vibración, esa que dice que nada está inmóvil, que todo se mueve y vibra. El día de hoy, vibramos miedo y hemos hecho actos tan irracionales como comprar productos de limpieza, entre ellos papel sanitario, tal cual fuera el último de la única línea de producción mundial. Vibramos incertidumbre, desconocimiento de la travesía que viviremos durante el periodo que dure esta pandemia.

En 2015, Bill Gates por medio de Ted Talks comentaba que la gran catástrofe que podría verse en un futuro próximo sería a causa de un virus, lejos de una guerra. Declaraba que habíamos dejado una época de misiles para entrar a una de infecciones, e incluso que la próxima pandemia podría ser aún más catastrófica que el ébola, en donde murieron 10,000 personas en tres países de África Occidental, comparada con las 6,500 contabilizadas alrededor del mundo a causa de COVID-19, al momento que escribo estas líneas. Gates menciona que la pandemia del ébola tuvo fin pronto derivado de que en esta hubo mucho trabajo heroico por parte de los trabajadores de salud, la transmisión no era por el aire, y que no llego a manchas urbanas. Sin embargo, refería que, si la próxima pandemia fuera en urbes además más contagiosa, gracias a los adelantos de la ciencia y tecnología como teléfonos celulares, mapas satelitales, avances en biología, capacidad rápida para hacer medicamentos y vacunas, se podría salir adelante. Como tema preventivo sugería sistemas de salud con raíces sólidas en países pobres, cuerpos de reserva médica paralelamente coordinados con militares para poder desplazarse a paso veloz, y en lugar de hacer simulaciones de juegos de guerras hacer juegos de bichos, mucha investigación y desarrollo en temas de vacunas y diagnósticos. El costo estimado de estas acciones podría haber resultado más modesto que lo que costará COVID-19, el cual al día de hoy ya ha causado destroces en al menos tres sistemas de salud pública (China, España, Italia). El ébola debió haber sido nuestra alerta y llamada de atención para prepararnos. No lo fue.

Hoy somos parte de una historia que comenzó en China, país que actúo con inmediatez, uso ciencia y tecnología audazmente, que cuenta con un sistema de salud enérgico, y que ya anunciado el cierre de uno de los hospitales que habían realizado para la atención de esta enfermedad, dando de alta exitosamente a su último paciente. Son ahora ellos que a partir del 16 de marzo pondrán a todos los extranjeros que lleguen a su país en cuarentena durante 14 días, que, aunque esta política inicia en Beijing, conforme pasen los días y el virus crezca en Occidente, se irá aplicando para todas las ciudades del país. Son también ellos quienes hoy unen fuerzas para mandar expertos y equipos médicos a España e Italia, dos países considerados de primer mundo acaecidos por esta enfermedad. Razón por la que habitantes en países subdesarrollados y de tercer mundo con sistemas de salud, así como ´políticas públicas más deficientes, nos preocupamos ante la inquietud de cómo nos irá.

Gran lección que nos ha entregado el Universo. Volvemos a vernos hoy cómo seres vulnerables, y las potencias que se sentían infalibles demuestran que tan frágiles somos y que la palabra frontera no sirve de nada para delimitar enfermedades, vivos y muertos. A pesar de que mediante la tecnología se ha podido predecir y modelar brotes, generar nuevos datos científicos sobre cómo se propagan las infecciones, monitorear e informar en tiempo real, realizar proyectos de minería de datos en redes sociales, desarrollar medicamentos a través de juegos, crear un archivo abierto con más de 5,300 artículos de investigación sobre el tema, brindar recursos de aprendizaje, no ha bastado. El tiempo avanza mientras el virus toca la puerta en nuevos lugares.

La pandemia nos ha traído a pensar en lo realmente importante. A valorizar profesiones que a veces no le damos la importancia que tienen, como enfermeras y bombeos. A terminar hospitales más rápido que una serie de automóviles. Estos días hemos visto como se han apagado conciertos, obras de teatro, encuentros masivos, ciudades, entre estas Nueva York, la ciudad que nunca duerme. Volvemos a nuestro eje, se nos pide nos encerremos en nuestras casas, y mientras las manecillas del reloj avanzan analizamos que hemos hecho bien y que podemos mejorar para sobrepasar esto. Empezamos a esperar a que lleguen nuestros seres queridos y a preguntarles con quién se reunieron hoy, por temor a un contagio. Procuramos a nuestros ancianos, sabemos que es una pelea más difícil de pelear para ellos. Se regresa a cuidar a hijos en casa, reviviendo el rol de mamá y papá, que en muchas sociedades va deteriorándose. Regresamos a valorar la ciencia y el medio ambiente sobre la economía. Nos percatamos que no fueron las personas de clase baja los que avivaron esta peste en Occidente. Regresamos a un cooperativismo, en donde mágicamente me interesa el vecino.

Entendemos que nuestras acciones dependen de la suerte de los que nos rodean, asociándola con la Ley de Corresponsabilidad. Nos ponemos en el papel del otro, en dónde un día sin querer te toca sentarte en la silla del discriminado, de aquel del que debemos de cuidarnos. Nos convertimos realmente en una aldea global y nos hacemos solidarios ante el miedo, y al reusarnos a hacernos seres solitarios decidimos ser mejores juntos.

Puede ser una posibilidad, al menos la que yo quiero creer, que después de esta tormenta estemos en el momento de crear un mundo perfecto, en donde entendamos la importancia de la ciencia y la tecnología, siendo más humanos y cuidando nuestra naturaleza.

 

Por: Sofia Gamboa

@GamboaSofia