Menu

LA REALIDAD DETRÁS DE LOS DESCUENTOS Y EL CONSUMO DESMEDIDO

Por: Greenpeace México

Los descuentos de fin de año son muy esperados por todos, confiamos que algunos productos o servicios costarán menos durante la época festiva. Las grandes marcas aprovechan para liquidar productos y ponerlos a la venta con precios especiales, por ello, puede que adquirirlos nos provoque la sensación de que estamos haciendo una buena compra. 

Vivimos en una época en la que el consumo desmedido está normalizado, pero este, representa consecuencias negativas para el planeta y favorece el cambio climático. Tan solo en México, la huella ecológica del sistema de consumo creció de 1.86 hectáreas por persona en 1961 a 2.55 para 2014. 

Pero, enfoquémonos un momento en pensar qué hay detrás de los descuentos. Sin duda, una larga lista de afectaciones al planeta, la biodiversidad e incluso nuestra calidad de vida. A continuación, veamos cómo el consumo extremo que realizamos a lo largo del año, pero más en esta temporada, afecta directamente el bienestar del planeta.

Contaminación causada por plásticos de un solo uso.

El consumo responsable, no puede ser de un solo uso o desechable. Sin embargo, no es secreto que vivimos en la época en la que el plástico es el rey. Con casi un millón de toneladas al año, nuestro país, es uno de los que más produce y desecha plásticos a los océanos, hoy, no se puede concebir un consumo responsable que esté basado en los productos desechables y plásticos

Como consecuencia de un consumo desmedido de plásticos, nuestros mares y océanos son cada vez más vulnerables, además, las especies marinas son las más afectadas.

Activisitas de Greenpeace frente a la sede de Nestlé México con un banner que dice: “Nestlé basta de producir plástico de un solo uso”
Activistas de Greenpeace colocaron una estructura de deshechos plásticos en forma de pájaro alimentando a sus crías frente a la sede de Nestlé en la Ciudad de México. 
© Alejandro Pai / Greenpeace

Nuestro día a día está rodeado de plásticos y la misión se centra en pensar qué tipo de productos podemos elegir para tener un consumo responsable y cada vez más libre de desechos. Además, nuestra exigencia a las grandes empresas para detener la fabricación de plásticos e innovar en los productos fabricados, ¡no debe parar!

Nuestras compras impactan en las emisiones de CO2.

Cada vez, es más sencillo realizar compras y “aprovechar los descuentos” desde el alcance de nuestro teléfono, computadora o tablet, gracias al comercio electrónico. Este último, es un factor protagonista en las emisiones de CO2. El gran porcentaje de la huella de carbono producida por el comercio electrónido proviene del proceso de envío, sobre todo cuando es acelerado, la entrega rápida, requiere tres veces más energía que la de una entrega tradicional.En 2017, Vox y el Laboratorio del Clima de la Universidad de California, realizaron un análisis en el que se determinó que el envío de los productos en dos días dejó una huella de carbono, significativamente superior que las opciones de entrega más lentos. Se necesitarán varios mensajeros que entregan a diferentes lugares. Más vehículos y más tráfico en las ciudades representan más emisiones.

Caja de basura con el logo de Amazon y cajas de cartón simulando deshechos.

El impacto en los bosques y las especies que lo habitan.

Una de las actividades humanas más devastadoras, es la deforestación. Nuestra necesidad de generar actividades comerciales gracias a los grandes suelos, es cada vez más grande y por tanto impacta cada vez más fuerte en la pérdida de los bosques y selvas.

El consumo responsable, debe tener en cuenta la alimentación y la elección de los productos que llevamos a nuestra cocina. Observamos, por ejemplo, que el impacto ambiental provocado por el consumo de carne, representa el 25 por ciento del total de las emisiones de carbono emitidas en nuestro planeta, el 58 por ciento de estas emisiones, deriba de productos de origen animal. Además, la deforestación se vuelve cada vez más feroz, debido a la agricultura y ganadería comercial. El aumento del consumo mundial de carne está favoreciendo la crisis climática, según un estudio reciente, la producción de alimentos de origen animal -y la alimentación de esos animales de granja- representa el 19 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Hoy la ganadería se practica en todos los estados de México, abarcando 110 millones de hectáreas, es decir, 55 por ciento de la superficie de la república (SEMARNAT, 2019).

Vista áerea de bosque deforestado cerca del lago de Catemaco, Veracruz, México
Los impactos de la agricultura en los alrededores del lago Catemaco, Veracruz, México .
© Greenpeace / Guadalupe Szymanski

No solo el consumo de carne afecta anuestro planeta, la demanda mundial de aceite de palma crece día a día y con ello el riesgo de incrementar deforestación de bosques y selvas, principalmente en Indonesia y Malasia. El aceite de palma, es hoy, el aceite vegetal más solicitado para la producción de alimentos e incluso de cosméticos y agrocarburantes. Es momento que las grandes marcas decidan actuar y reducir la deforestación por esta causa. 

Activista de Greenpeace sosteniendo un recipiente de plástico con basura plástica.
 Expertos, voluntarios de Greenpeace Rusia y activistas locales inspeccionan la costa del Mar Negro para estudiar la composición de los residuos plásticos y hacer una lista de los principales contaminadores de las costas de Rusia. © Greenpeace / Zamyslov Slava

Es importante detectar y ejercer nuestro poder como agentes de cambio, decidir hoy mejorar nuestros hábitos de consumo, nos beneficiarán y, además, daremos un respiro al planeta. Podemos iniciar por tener un consumo consciente, verde, sustentable, justo y responsable. 

Tenemos ante nosotros una gran oportunidad para aprender y comprender los efectos de nuestro consumo, no solo en el medio ambiente, sino también en la sociedad. Además, podemos considerar que los productos o servicios que adquirimos busquen la manera de evitar daños significativos al medio ambiente cuando son manufacturados, transportados y desechados. En resumen, llevar a cabo un consumo responsable