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LA MISOGINIDAD Y EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD

Por qué un hombre puede llegar a ser “Misógino”?  La Misoginia es el odio, aversión o desconfianza hacia la mujer.  El odio, desprecio, discriminación y todo lo que puede derivar de la palabra Misógino es muy grande, ya que si alguien piensa que su origen tiene que ver con el “Machismo” que se vive sólo en países de Latinoamérica está en lo incorrecto, ya que a través de mucho tiempo la Misoginia se vive no sólo en países donde la cultura y educación no son óptimas y se ha visto envuelta de grandes componentes, además de los que ya hemos citado.

A lo largo de los años, de culturas, de continentes, de economías y religiones, las diferencias entre hombres y mujeres se convierten en una visión de la mujer como un ser inferior, tanto biológica como intelectual, emocional y moralmente.  Los componentes que envuelven a un “Misógino” son la superioridad, machismo, sexismo, violencia de género y un narcisismo marcado ante el género femenino. Cabe mencionar que todos estos componentes están precedidos muy probablemente por un “Complejo de Inferioridad no resuelto” que cada Misógino trae consigo ya sea aprendido, por imitación, por un trauma en la niñez, o por temas culturales y religiosos.

A continuación podemos ver citas de diferentes culturas, personajes célebres, filósofos, religiones, entre otros, en donde se puede ver notablemente el contenido con la forma de pensar no de uno, sino de muchos “hombres” libres pensadores, líderes, poetas, religiosos, etc., así como documentos denotando sin lugar a dudas todos los conceptos, sinónimos y demás que enmarcan a un hombre “Misógino”.

*Aunque la conducta del esposo sea censurable, aunque éste se entregue a otros amores, la mujer virtuosa debe reverenciarlo como a un dios. Durante la infancia, una mujer debe depender de su padre; al casarse de su esposo, y si él muere, de sus hijos, y si no lo tiene, de su soberano. Una mujer nunca debe gobernarse a sí misma. Leyes de Manu (libro sagrado de India).

*La mujer que se niegue al deber conyugal deberá ser tirada al río. Constitución Nacional Sumeria (civilización mesopotámica, siglo XX aC).

*Cuando una mujer tenga una conducta desordenada y deje de cumplir sus obligaciones del hogar, el esposo puede someterla a esclavitud. Este servicio puede, incluso, ser ejercitado en el hogar de un acreedor de su esposo y, durante el periodo en que dura, es lícito para él contraer un nuevo matrimonio. Código de Hammurabi (Constitución Nacional de Babilonia, otorgada por el rey Hammurabi, siglo XVII aC).

*Los dioses olímpicos han dotado al marido de una retrasada mental. La mujer desconoce por completo lo que está bien y lo que está mal. El único talento que ella posee es el de comer. Semonides de Amorgos, poeta yámbico griego, siglo VI aC.

*La mujer es mala. Cada vez que se le presente la ocasión, toda mujer pecará. Sidhartha Gautama, fundador del budismo, siglo VI aC.

*Hay un principio bueno, que ha creado el orden, la luz y el hombre. Y un principio malo, que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer. Pitágoras de Samos, filósofo y matemático griego, siglo VI aC.

*“La mujer debe venerar al hombre como a un dios. Cada mañana, por nueve veces consecutivas, debe de arrodillarse a los pies del esposo, y de brazos cruzados, preguntarle: ‘Señor, ¿qué deseáis que haga?’” Zaratustra, filósofo persa, siglo V aC.

*Las mujeres, los esclavos y los extranjeros no son ciudadanos. Pericles, ateniense político demócrata, siglo V aC, uno de los ciudadanos más brillantes de la civilización griega.

*La mujer es de lo más corrupto y corruptible que hay en el mundo. Confucio, filósofo chino, siglo V aC.

*Lo único en el mundo peor que una mujer es otra. Aristófanes, dramaturgo griego, siglo V, aC.

*La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer no es más que un hombre incompleto. Una especie de error de la naturaleza; la hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades. Aristóteles, filósofo griego y preceptor de Alejandro Magno, siglo IV aC.

*La mujer es inferior al hombre en todo. Flavio Josefo, historiador judío, siglo I.

*Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos como al Señor, pues el marido es el jefe de la mujer, como Cristo es el jefe de la Iglesia, cuyo cuerpo ha salvado, y como la Iglesia es sumisa a Cristo, así, las mujeres deben someterse en todo a sus maridos. San Pablo, apóstol del cristianismo, siglo I.

*Cabeza del crimen, arma del diablo. Cuando tengáis delante una mujer, creed que tenéis ante vosotros, no un ser humano, no una bestia feroz, sino el diablo en persona. Su voz es el silbido de la serpiente. San Antonio Abad, ermitaño, siglo III.

*Soberana peste es la mujer, dardo del demonio. ¡Por medio de la mujer el diablo ha triunfado de Adán y le hizo perder el Paraíso! San Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla y padre de la Iglesia, siglo IV.

*Los hombres están sobre las mujeres porque Alá les otorgó la primacía sobre ellas. Por lo tanto, da a los varones el doble que les des a las mujeres. Los esposos que sufran la desobediencia de sus mujeres pueden castigarlas: desde dejarlas solas en sus camas hasta incluso golpearlas. No legó al hombre mayor calamidad que la mujer. El Corán, libro sagrado de los musulmanes, escrito por Mahoma en el siglo VI.

*El estudio del Talmud no debe darse bajo ninguna circunstancia a las mujeres, porque dada su pobreza intelectual convertirían las palabras de la Torá en palabras vacías. Maimónides, médico y rabino judío, siglo XII.

*El peor adorno que una mujer puede pretender tener es ser sabia. Aunque se agoten y mueran de tanto parir, no importa, para eso existen.  Martín Lutero, teólogo alemán, protestante reformador, siglo XVI.

Las actitudes misóginas siguen manteniéndose en la actualidad y como ejemplo de las mismas, podemos mencionar el caso del “varón histérico”. Hacer un análisis del comportamiento histérico, tradicionalmente asociado a las mujeres como una “patología” característica de las mismas, aunque actualmente pueden detectarse en un determinado tipo de personalidad masculina. Se pone de manifiesto que en el caso de las mujeres “histéricas” la connotación es “peyorativa”, mientras que los hombres “histéricos” se relacionan con el típico triunfador. Lo cual supone un tipo “sutil” de misoginia, ligada no sólo al saber popular, sino también al “conocimiento científico psicológico”.  Mientras el término se popularizó, la misoginia también ha formado parte del panorama visual, desde los titulares noticiosos hasta la experiencia cotidiana, así que, en más de un sentido, la misoginia ahora está de moda, pero también tiene una larga historia. 

Sólo no hay que perder de vista y preguntarnos por una vez, cómo debemos llamar al mismo acto de una mujer hacia otra, porque al odio de un hombre hacia una mujer sabemos cómo llamarlo, pero el que existe entre las mismas mujeres? cómo debemos llamar entonces a una sociedad femenina que hasta este momento ha normalizado el odio, la envidia, la deslealtad de unas hacia otras?.  Creo que es momento de darnos cuenta de que el complejo de inferioridad también lo sufrimos nosotras ante mujeres que son o han logrado más que otras.  Debemos ponerle un nombre o se debe pasar por alto sólo porque no hay un término o palabra para nombrar los actos de injusticia, de crueldad, de humillación, de burlas y hasta de malos tratos de una mujer hacia otra.  La historia nos habla de la “Misoginia” a través del tiempo, pero también es hora de hablar de lo que estamos dispuestos a hacer para terminar o aminorar las actitudes de odio de unos a otros no sólo de hombres hacia mujeres.  Todos somos seres humanos y todos merecemos el mismo respeto.

Autor: Zuleyka Franco, Extraído de www.https://primeroeditores.com.mx