Menu

LA CURIOSIDAD, IMPULSO PARA EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO

Es una emoción positiva vinculada al impulso de conocer o averiguar cosas novedosas y resolver interrogantes.

Por: Facultad de Psicología / Dirección General de Divulgación de las Humanidades  | Gaceta UNAM

La curiosidad es una emoción agradable que involucra la búsqueda de información, conocimientos y experiencias nuevas. Es alimentada por la voluntad de superar o ampliar nuestro dominio, conocimiento y comprensión del mundo. Es una emoción positiva fuertemente vinculada al impulso de conocer o averiguar cosas novedosas y resolver interrogantes, una respuesta humana natural y puede darse como un estado emocional temporal o configurarse en un rasgo de personalidad.

Puede ser definida como una suerte de energía o estado motivacional persistente que lleva a los individuos a desarrollar comportamientos exploratorios. Dicho estado puede presentarse con mayor frecuencia e intensidad en algunas personas en comparación de otras. La medida en la que estos comportamientos exploratorios serán satisfechos dependerá de los estímulos del ambiente. Para propiciar el estado de curiosidad, esos alicientes deben poseer ciertas características, tales como la novedad, la complejidad, la incongruencia y la sorpresa.

A propósito de ello, tanto novedad –comprendida como aquellos estímulos que no resultan familiares al individuo–, como sorpresa –entendida como la incongruencia entre un acontecimiento esperado y una manifestación distinta en la realidad– son propiedades que llevan al individuo a entrar en una situación de conflicto cognitivo, que implica la percepción de una alteración de lo que se considera conocido, familiar y comprensible. Así, todo aquello que se nos presenta como novedoso, despierta nuestra curiosidad.

La curiosidad está compuesta por dos dimensiones: la exploración, o deseo de esforzarse por conocer y superar el desafío que supone enfrentarse a la novedad, y la absorción, o fuerte interés en examinar con detalle las cualidades específicas de algo.

Descripción psicológica

La curiosidad funge como un impulso para el desarrollo del pensamiento, en tanto que es el factor fundamental para la ampliación de la experiencia, siendo esta última el componente básico para el desarrollo intelectual reflexivo.

En su manifestación psicológica residen las diferencias individuales en grados de intensidad y la frecuencia con que se experimenta. Por ejemplo, la curiosidad puede ser motivada por una falta de información, cuando tenemos que tomar una decisión, o puede provenir sólo por el deseo de llegar a cierto estado de conocimiento. El tipo de curiosidad y las razones personales para aprender también se conjugan positivamente, ya que determinan el valor emocional y, por tanto, la persistencia en la indagación.

Por esas razones, a la curiosidad se le estudia como una motivación intrínseca en la que la recompensa es el mismo estado de exploración. En este enfoque, precede al interés cognoscitivo.

Hay dos diferentes manifestaciones de la curiosidad:

  • Conceptual o sensorial. Se refiere a la forma básica del comportamiento exploratorio y tiene su origen en los estímulos externos, sean estos de carácter visual, auditivo o táctil.
  • Epistémica o cognitiva. Deriva de la epistemología. Es propia de los seres humanos y se manifiesta a través de la búsqueda del conocimiento, mediante la indagación en vacíos conceptuales o enigmas.

En relación con la curiosidad epistémica o cognitiva, se la divide, a su vez, en dos subtipos:

  • Específica. Es aquella que se manifiesta cuando un estímulo ambiguo propicia la búsqueda de información en un área sensorial o de conocimiento específico. Se asocia al placer por descubrir el funcionamiento de las cosas y a la resolución de problemas.
  • Diversa. Entendida como la necesidad de emprender la búsqueda de una amplia gama de experiencias con el objetivo de enriquecer los conocimientos o bien, por puro entretenimiento.

Características fisiológicas

La curiosidad no es una facultad única, sino que, más bien, es multifactorial. En ella convergen procesos procedentes de toda actividad motriz normal y de los diversos órganos sensoriales. Éstos están en un constante estado de alerta y a la espera de una oportunidad para entrar en actividad, de modo que requieren de un objeto sobre el cual enfocarse.

Dado que las emociones tienen una función adaptativa, es posible afirmar que, en lo que respecta a su componente fisiológico, al igual que como ocurre con otras emociones, la curiosidad está vinculada al sistema límbico, que es la denominación del conjunto de estructuras cerebrales que se encarga de gestionar el comportamiento y las emociones.

En particular, la amígdala tiene un papel muy relevante en la regulación de la emoción, propiciando, además, la asociación entre los estímulos del ambiente y los refuerzos positivos o negativos que se dan mediante la producción de dopamina en los momentos precedentes a la exploración.

Igualmente, el hipocampo forma parte relevante del circuito en la creación activa de recuerdos y en la preparación del cerebro para el aprendizaje. Por eso, cuando la curiosidad precede a la exploración, los resultados del aprendizaje suelen ser más fructíferos, en comparación a cuando no la hay.

Una variable correspondiente con el aumento de la memoria por la curiosidad tiene que ver con la búsqueda de sensaciones presente en la curiosidad de tipo específica, que está orientada a la resolución activa de problemas.

¿Cómo se identifica y manifiesta?

Las niñas y los niños siempre manifiestan un cierto grado de curiosidad, siendo los pequeños con más indagatorias quienes tienden a ser más creativos, en cuanto a la búsqueda inmediata de soluciones y de largo alcance. También son proclives a tener mayor madurez emocional, mayor pensamiento abstracto y liderazgo.

En contraparte, los infantes menos curiosos suelen ser más pasivos, se muestran inseguros de sí mismos y tienen menor capacidad para el pensamiento abstracto, aunque proyectan mayores índices de autocontrol.

Se consideran los siguientes aspectos como propios de un infante curioso:

  • Reaccionar positivamente ante los estímulos de carácter novedoso, misterioso o incongruente de su entorno, aproximándose a ellos, observándolos y manipulándolos.
  • Expresar necesidad de saber más sobre sí mismo o sobre su entorno, por medio de preguntas o afirmaciones.
  • Examinar su entorno a fin de encontrarse con nuevas experiencias.
  • Examinar y explorar de forma persistente los estímulos, a fin de conocerlos con mayor profundidad.

Si bien la anterior descripción está dirigida a la población infantil, es innegable que, aun en las personas adultas, la curiosidad suele ser el reflejo de una personalidad más segura, con mayores capacidades de abstracción y para buscar soluciones, las cuales se manifiestan con un activo sentido de creatividad.

Eso último lo podemos observar en personas que se dedican a la ciencia, para quienes la curiosidad y la creatividad son aspectos esenciales de su práctica. En este sentido, la curiosidad es de gran relevancia en ámbitos en los que parece dominar el pensamiento sistemático y racional.

Muchos de los grandes descubrimientos han tenido como sustrato a esta emoción. Por ejemplo, pensemos en el científico británico Alexander Fleming, quien un día encontró, por casualidad que las bacterias en una placa de Petri habían sido destruidas por un hongo. Si la curiosidad de este científico no lo hubiera impulsado a querer averiguar por qué había ocurrido tal reacción, no sabemos cuánto más se hubiera retardado el descubrimiento de la penicilina.

En otro orden de ideas, es de suma importancia hacer hincapié en el hecho de que la manifestación de la curiosidad es algo completamente normal y puede responder tanto a un estado emocional curioso, como a un rasgo de personalidad. Teniendo presente esto, es crucial no suprimir o castigar la curiosidad de los niños sino, por el contrario, recompensarla y propiciarla, dadas las ventajas que conlleva.

Utilidad

La curiosidad nos ha permitido llegar a los estados de conocimiento en que hoy nos encontramos, al ser un elemento que incita a la captación y retención de experiencias. Con esto en mente, podemos referir que la curiosidad es un rasgo de nuestra especie que nos ha permitido evolucionar, por su intrínseca relación con el aprendizaje.

Su importancia radica en que predispone al pensamiento. Es una tendencia de larga duración a desarrollar patrones de conductas intelectuales distintivas, apoyadas en hábitos, motivaciones, deseos, sentimientos, actitudes o convicciones.

Como elemento instintivo, ha servido a nuestra especie como mecanismo para descubrir “cosas nuevas”, traduciéndose estas últimas en alimento nuevo, refugio o el hallazgo del rastro dejado por nuestros depredadores. Así, gracias a esta activación emocional, nos fue posible anticiparnos a diversos acontecimientos y salvaguardar nuestra supervivencia.

Su manejo

Aquí presentamos algunas estrategias para desarrollar la curiosidad, propuestas por la Preparatoria Panamericana Femenil:

  • Apertura para el aprendizaje continuo.
  • Intentar conocer más a fondo todo lo que nos rodea.
  • Formular preguntas constantemente: qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué.
  • Evitar etiquetar algo como aburrido antes de explorarlo.
  • Emprender lecturas diversas.

Referentes culturales

Película El código enigma, de Morten Tyldum (2014). En este film se puede apreciar la importancia de la curiosidad en el desarrollo de la creatividad, así como su relevancia para el ejercicio científico. Aborda un periodo en la vida del británico Alan Turing, matemático, criptoanalista y pionero de la computación, quien fue figura clave en el descifrado de los códigos de la Máquina Enigma de la Alemania Nazi, lo que ayudó a la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Película Mente indomable, de Gus Van Sant (1997), protagonizada por Matt Damon y Robin Williams. Esta cinta permite dar cuenta de cómo la curiosidad es una emoción esencial, no sólo en los entornos académicos, sino también en la vida cotidiana.

Película Enredados, de Nathan Greno y Byron Howard (2010). Es la historia de Rapunzel, una princesa que ha estado encerrada en una torre casi toda su vida. Conforme crece y se convierte en una joven, también lo hace su cabello tanto como su curiosidad por conocer cómo es el mundo exterior, así como ver las linternas flotantes que cada año aparecen en su cumpleaños. Un día, se encuentra con el ladrón Flynn Rider en su torre y, a cambio de darle la corona que había robado le pide que le ayude a cumplir su sueño de ver las linternas flotantes.

Cosmos: un viaje personal. Serie de divulgación científica presentada por Carl Sagan, la cual aborda temas como la astronomía, exploración espacial y el origen de la vida a lo largo de 13 capítulos que siembran las ganas de conocer más. Se le atribuye al presentador y científico la frase “La curiosidad y la necesidad de resolver problemas son el sello distintivo de nuestra especie”.