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LA ATENCIÓN, PRIMORDIAL PARA EL APRENDIZAJE

Fuente: Leonardo Frías Cienfuegos | Gaceta UNAM

Si se llega a presentar alguna dificultad en edad preescolar puede relacionarse con la adquisición del conocimiento.

Es importante diferenciar qué “es lo normal y qué lo patológico”.

La atención es una de las funciones ejecutivas primordiales para el aprendizaje, por lo que, si se llega a presentar alguna dificultad en dicha condición de manera significativa, en niñas y niños en edad preescolar, (entre tres y seis años de edad), puede relacionarse con algunos problemas para la adquisición del conocimiento.

Así lo expuso, María Teresa Monjarás Rodríguez, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, quien destacó que las habilidades relacionadas con la atención, como el control de impulsos y del nivel de actividad, la motivación, así como el interés, el conocimiento y la competencia –vitales para la convivencia social de vida–, se desarrollan de forma progresiva.

Al dictar la conferencia Problemas de atención en preescolares, en el Auditorio Dr. Florente López de la FP, la doctora en Psicología y Salud explicó que, a partir de los cuatro meses de edad, los humanos desarrollan los componentes básicos de atención; a los cuatro años, cuando los niños están en preescolar, logran seguir ciertas instrucciones sencillas, concretas, y su intención ya se dirige a un objetivo.

No obstante, agregó, hay que lograr diferenciar qué “es lo normal y lo patológico” cuando hablamos de la atención.

“Los niños a dicha edad, tienden a centrarse en detalles exactos de un suceso, los cuales se les olvidan con facilidad. Pero cuando se trata de algo patológico no es capaz de concluir juegos o actividades sin ser distraído, y esto aparece en diferentes ambientes, no sólo ocurre en la casa o en la escuela”, mencionó. Sin embargo, pidió que antes de pensar que se trata de algo patológico, es necesario considerar que existen factores que pueden influir en la atención, como los ambientales, el ruido, la presencia de otras personas, la sobreestimulación o el tiempo de descanso, incluso la personalidad de la niña o el niño, para algunos es muy fácil, porque hay niños observadores por naturaleza, pero también los hay tímidos y reservados que necesitan persuasión, además de los factores hereditarios.

Síntomas inequívocos de TDAH

La también maestra en Psicoterapia Infantil indicó que el denominado Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) tiene tres síntomas inequívocos: la falta de atención fuera del rango típico; la impulsividad y la hiperactividad.

“Para el diagnóstico, tienen que estar involucrados diferentes especialistas en el campo psicológico y médico, debe de atenderse en esta etapa para evitar que pueda evolucionar a problemas de aprendizaje, y quizá baja autoestima”, abundó Monjarás Rodríguez.

En algunos infantes, la inatención, la hiperactividad e impulsividad pueden ser vistas como “normales” en los rangos de edad de tres a seis años, por eso es muy complejo el diagnóstico, apuntó.

“Algunos indicadores persistentes podrían ser: menores que aceptan a regañadientes las normas, que en ocasiones practican juegos agresivos, que formulan muchas demandas, que interrumpen constantemente a los adultos cuando hablan, y que además buscan establecer sus propias reglas, no toleran la frustración y muestran rabietas”, detalló.

“Desafortunadamente en muchas escuelas no se tiene el conocimiento de cómo manejar a un niño con TDAH, además de que en ocasiones los padres actuales son muy autoritarios o muy permisivos, y nos cuesta llegar al equilibrio, por lo que es importante buscar ayuda y un diagnóstico preciso e integral”, concluyó.