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INUNDACIONES COMO LAS DE LIBIA, ¿PUEDEN OCURRIR EN MÉXICO

Fuente: Ing. Carlos Miguel Valdes Gonzalez | Revista Personae

Recientemente, el 10 de septiembre una tormenta inusual llamada Daniel, se presentó en el mar Mediterráneo, causando daños importantes en Grecia, Turquía y Bulgaria, pero fue Libia, ubicada en la parte Norte de África, con un clima desértico, quien sostuvo los daños más graves. En Libia la tormenta afectó a ciudades como Shahhat, Al-Byda, Marj y Derna, siendo esta última la más dañada. La Ciudad de Derma, que está junto al mar Mediterráneo, tiene dos presas que almacenan y controlan el flujo de dos ríos hacia la ciudad. La tormenta Daniel provocó que dichas presas se llenaran completamente, y que en el caso de la presa Derma, su sistema de desfogue fuera insuficiente, haciendo que el agua fluyera por la parte superior de la cortina de enrocamiento de la presa, llegando al punto de colapsarla y permitiendo que una mezcla de agua y lodo almacenada corriera en dirección hacia la ciudad, arrastrando a su paso vehículos y destruyendo viviendas en las partes bajas de la población. Fuentes oficiales citan 3,166 víctimas, pero otras fuentes indican entre 5 y 11 mil víctimas de una población cercana a los 100 mil habitantes. El gobierno de la Zona del Este del Líbano se reunió antes de la tormenta, para prepararse ante el clima extremo, pero los residentes indican que recibieron instrucciones contradictorias sobre evacuar o no la ciudad. También hay versiones sobre si existía un deterioro y falta de mantenimiento en la presa Derma. ¿Fueron las inundaciones en la ciudad de Derma, un desastre anunciado? La respuesta es sí. Una zona con un clima desértico, que se enfrenta a una tormenta hidrometeorológica anunciada días antes, una infraestructura deteriorada de regulación y almacenamiento de agua; muchas edificaciones en una zona inundable del cauce del río, y dado a que no aclararon si había o no un sistema de alertamiento, todos estos elementos nos llevan a la conclusión de que una identificación de la zona inundable (ver Foto), y un aviso oportuno, con seguridad pudieron haber salvado muchas vidas.

México es un país con una topografía abrupta, y sujeto a tormentas y ciclones tropicales de los meses de mayo a noviembre por la zona del Atlántico y del Pacífico. En el país existen más de 5,000 presas y bordos, el 82 % del almacenamiento total del agua, lo contienen 180 presas. Por ejemplo, el sistema de presas sobre el río Grijalva en Chiapas, iniciando con La Angostura que se encuentra aguas arriba, seguida por Chicoasén, Malpaso y Peñitas. La Angostura, conocida también como Belisario Domínguez, se terminó en 1978 y su volumen útil es de 15,234 Hm3; Chicoasén conocida como Manuel Moreno Torres, inició funcionamiento en 1980 y su volumen es de 1,372 Hm3; Malpaso también conocida como Raudales, se terminó en 1964, con un volumen de 10,336 Hm3; y Peñitas conocida como Ángel Albino Corzo, inició su funcionamiento en 1987 y tiene 1,091 Hm3 de capacidad. En total, este sistema de presas contiene unos 28,033 Hm3. Este sistema de presas produce cerca del 48% de la energía hidroeléctrica del país, y existe una diferencia de elevación de 452 m entre La Angostura y Peñitas.

¿Qué es un Hm3 (un Hectómetro cúbico)? Pues un Hm3 son un millón de metros cúbicos, o sea un millón de tinacos tipo Rotoplas de 1,000 litros, lo cual representa el almacenamiento de una gran cantidad de agua. ¿Se podría romper alguna de estas presas? Chiapas es un estado con una sismicidad importante, tanto en la costa Pacífico, como en el interior del Estado, ya que es cruzado por un gran número de fallas, que en el pasado han producido sismos de M7.8 y 7.7, en 1743 y en 1902, respectivamente. Además, es un Estado por donde han transitado y pudieran transitar ciclones y huracanes de gran intensidad. Ambos fenómenos capaces de dañar la infraestructura hidráulica del río Grijalva, el cual 109 Km después de dejar la presa Peñitas, llega a Villahermosa, ya en el Estado de Tabasco. Un sistema de alertamiento, que todavía no existe, que monitoreé el estado de salud de las presas del Grijalva, y que avise a la población de Villahermosa de un posible evento con unas pocas horas de anticipación podría salvar muchas vidas, al ponerlas sobre aviso para que se dirijan a lugares elevados y seguros.

En el año de 2007, en Tabasco, debido a los frentes fríos 2 y 4, ocurrió una gran inundación a partir del 27 de octubre, en 5 días cayeron 1,613 mm (1.6 m3, o un poco más del agua de un Rotoplas y medio), lo que equivalió al 46% de la lluvia anual en esa zona. Las pérdidas estimadas en Tabasco fueron de 31,871 Millones de pesos (El presupuesto del Fonden para el 2023 es de 17,157 Millones de pesos). Un verdadero desastre. Recientemente, el 6 de noviembre del 2020, la presa Peñitas tuvo que turbinar 1,500 m3 por segundo, una situación crítica comentó, el, en ese entonces gobernador del Estado, Adán Augusto López, por lo que se determinó, como una medida preventiva, dragar el río Grijalva, desde el mar hasta Villahermosa, esto para facilitar la salida del agua y evitar las inundaciones. El dragado comenzó en 2021 y terminará en Villahermosa el 2024. Por si fuera poco, recordemos el evento del deslizamiento que bloqueó al río Grijalva el 4 de noviembre del 2017, en un sitio aguas arriba, a 17 km de la presa Peñitas, y que requirió de labores titánicas por 3 meses para abrir un paso en el derrumbe y evitar un desastre en ese represamiento súbito, que podría haber puesto en riesgo a Peñitas y a Villahermosa. El año y la temporada de lluvias, no han terminado y por lo pronto, un sistema de alertamiento masivo, así como la ubicación de sitios elevados y simulacros, podría ser una medida preventiva adecuada.

Hay más ejemplos de presas, en donde aguas abajo hay poblaciones importantes, como en la presa La Boquilla en Chihuahua, que inició su construcción en 1910 en plena Revolución sobre el río Conchos y terminó en 1916. Existen poblaciones como Camargo y Jiménez, ubicadas aguas abajo y en donde ya han sufrido inundaciones por el desborde de la presa. También, por ejemplo, las presas Sanalona y Adolfo López Mateos, a distancias aguas arriba de 33 y 43 Km, y con una diferencia de elevación de 63 y 46 metros sobre Culiacán, respectivamente. Estas presas y sus ríos requieren de revisiones y mantenimiento frecuentes, además de sistemas de alertamiento y de ubicación de sitios elevado y seguros para la población, en caso de desbordamientos e inundaciones.

Prevenir es la mejor opción para evitar que suceda algo como en Libia.