La historia empezó en 1971, cuando un pequeño equipo de personas defensoras del medio ambiente zarpó de Vancouver, Canadá, en un viejo barco pesquero. Su misión: protestar contra las pruebas nucleares subterráneas que el ejército estadounidense realizaba en Amchitka, una pequeña isla volcánica frente al oeste de Alaska. Este grupo creía que la acción individual y no violenta podía ser un importante agente de cambio.

Amchitka era propensa a los terremotos, por lo que las y los activistas temían que una tercera prueba nuclear que consistía en una explosión subterránea desencadenara devastadores terremotos y tsunamis en la isla que, además, fue el último refugio para 3.000 nutrias marinas en peligro de extinción y hogar de águilas calvas, halcones peregrinos y otros animales salvajes.

De camino a Amchitka, a bordo de su barco Phyllis Cormack, el miembro fundador de la organización, Bob Metcalfe, llamó a la radio CBC e hizo una declaración. “Llamamos a nuestro barco Greenpeace porque es el mejor nombre que se nos ocurre para unir los dos grandes temas de nuestro tiempo, la supervivencia de nuestro medio ambiente y la paz del mundo (…) No nos consideramos radicales. Somos conservadores. Insistimos en conservar el medio ambiente para nuestros hijos y las generaciones futuras ”.

© Greenpeace / Rex Weyler

Otro miembro fundador, Bill Darnell, observó un signo de la paz y dijo: “¡Hagamos de eso una paz verde!”. Así Bill acuñó Greenpeace como nombre de la organización.

Antes de que Greenpeace llegara a Amchitka, el barco fue interceptado por un barco de la armada estadounidense y se vio obligado a retroceder. Cuando los activistas regresaron a Vancouver, se enteraron de que su acción inaugural provocó una oleada de interés público y generó una empatía colectiva por su causa.

Aún así, Estados Unidos detonó la bomba; sin embargo, se escuchó la voz del grupo que viajó en el viejo barco. Las pruebas nucleares en Amchitka finalizaron ese mismo año y la isla fue declarada más tarde un santuario de aves.

A lo largo de la década de los 70, Greenpeace se extendió a varios países en los que difundió campañas sobre diversos problemas ambientales, incluida la caza comercial de ballenas y los desechos tóxicos. En 1979, se formó Greenpeace International, que hoy tiene su sede en Amsterdam.

Reunión para la fundación de Greenpeace Internacional © Greenpeace / Rex Weyler

Hoy, Greenpeace es una organización internacional que prioriza campañas ambientales globales. Con sede en Ámsterdam, Países Bajos, Greenpeace cuenta con casi 3 millones de seguidores en todo el mundo y oficinas nacionales y regionales en 40 países.

En México, Greenpeace inició su trabajo en 1993 como una organización que busca incidir en políticas públicas, involucrar e inspirar cambios y por la que constantemente transitan personas voluntarias, socias, activistas y ciberactivistas.

Una de las acciones más emblemáticas de esta organización ocurrió el 18 de mayo de 1993, cuando activistas de Greenpeace México colocaron una máscara y tanques de oxígeno a la fuente de la “Diana cazadora”, ubicada en avenida Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, para señalar que la capital mexicana era la ciudad más contaminada de todo el planeta. Las imágenes de esa hazaña dieron la vuelta al mundo.

En estos años, Greenpeace ha logrado con éxito incidir en las políticas públicas mexicanas, por ejemplo, como la prohibición de plásticos de un solo uso y de transgénicos en el país. En este blog podrás conocer más de los logros que durante casi tres décadas las y los defensores del medio ambiente han conquistado en México.

La historia de Greenpeace aún continúa, con retos y logros de cada vez mayor envergadura. Te invitamos a subirte a este viejo barco.