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DE PROMESAS INCUMPLIDAS, BRUJERÍA, TEMBLORES Y PIROTECNIA | MARIELENA HOYO

Por: Marielena Hoyo Bastien

Nunca mejor aplicado el popular dicho: prometer no empobrece, dar es lo que aniquila, tal y como pasó con los quiméricos ofrecimientos de Armando Ayala Robles (@ArmandoAyalaRob), alcalde de Ensenada, B.C., México, a quien fácil se le hizo llenarse la boca proponiendo ayuda pública y fechada a Guillermina Dee Galván, sin cumplirle, of course, pese a que la protectora fue víctima, junto a sus animales, de la perversa, abusiva, arbitraria, prepotente y mortal acción del GRUPO AMAYA CURIEL, acaudalada e influyente empresa de la zona que sin miramiento alguno pasó maquinaria pesada por arriba de cubiertas que resguardaban animales de compañía en-jau-la-dos, matando varios perros y gatos, además sin conformarse con ello, pues también arrasaron con la vivienda de la rescatista que para colmo se quedó sin poder obtener con su trabajo, los recursos que le permitían sostener autónomamente su proyecto. Hasta la fecha nada se sabe de lo penal atribuible. Sólo que el bocón ejecutivo hizo llegar al inhóspito lugar una caja con aportaciones ciudadanas recibidas
en las oficinas del municipio. ¡Mugrosos políticos! Todos son iguales, no importando el color. ¡Basura! 

¿Yqué decir sobre lo que especialmente los animalistas mexicanos padecemos cada mes de septiembre?; sufrimiento que suele prolongarse hasta fin de año a causa de la brujería y la pirotecnia que tan dramáticamente asola a los lomitos provocándoles desde angustia y ataques de pánico, hasta escapes intempestivos que los extravían para siempre. Ello, de no terminar bajo las ruedas de algún automotor imprudentemente conducido, no omitiendo tampoco el temor de estar a días de amedrentadoras fechas que a los connacionales nos tienen marcados y bajo la extrema necesidad de guardar providencia sobre qué hacer con nuestros compañeros animales cuando hay que desalojar las casas por amenaza de terremoto, con segundos de anticipación. Leo y leo todas las recomendaciones; desde las que ha publicado el respetable Centro Nacional de Prevención de Desastres (CeNaPreD) hasta las que recomiendan los gobiernos y las organizaciones internacionales de protección animal con sede en el país, pasando por las que asociaciones locales han formulado con base en la experiencia, pero, si he de ser sincera… no encuentro acomodo en ninguna puesto que esas maniobras son imposibles, máxime contra reloj, para quienes (como es mi caso) tenemos bajo tutela numerosos michis y guaguás rescatados, todavía algunos con secuelas de sus traumas, así como especies no convencionales o individuos de talla poco manejable o viejitos gruñones, que por lo mismo no podemos empacar en transportadoras y salir junto a ellos a la calle hasta que transcurra el evento, menos aún cargando mochila de supervivencia para tanta criatura. Dado lo anterior, alguna vez propuse a oídos sordos tener normativamente colocada, a vista segura y rápida, una lista de quienes conformamos la familia residente, por supuesto incluidos los animales no humanos, mayormente cuando se tienen en posesión (legal o ilegal) “mascotas” venenosas. Mientras ello se da, y a como se saben resguardar los animales nh…

Creo que de momento lo mejor y más práctico que encuentro es dejarlos al interior de su hogar, y por lo que a mi respecta, tengo decidido permanecer a su lado como lo he venido haciendo en cada ocasión meritoria. Eso sí, portando todos alguna forma de identificación inmediata salvo los plumíferos, escamosos y pequeños mamíferos a los que conviene mantener identificados en su recinto, jaula o pecera, para que en caso de que su humano quede lesionado o muerto haya de donde empezar a tirar. De ahí que me permita sugerir a los expertos en protección civil informarse acerca de esta realidad, y sobre la misma organizar y mantener seminarios actualizados y homologados con base en lo que aplica en nuestro México, especialmente en las particulares circunstancias de los rescatistas y pensados no sólo en animales de compañía urbanos, sino en los rurales, de granja y fauna diversa, sin omitir que cada alcaldía y/o municipio, dependiendo de su extensión, debería contar con predios adaptados y equipados para recibir animales perdidos o lesionados a causa de desastres naturales, mismos que pudieran ser atendidos por el mismo sector protector bajo mando militar, de aplicar el Plan DN-III-E, y/o con voluntariado de médicos veterinarios, peeeeero con recursos etiquetados que se vayan acumulando, para poder operar de inmediato. Lo anterior es esencial en zona sísmicas y de inundaciones que bien se tienen identificadas a lo largo y ancho del país, y no me tiren de loca, pues los grandes progresos siempre inician con un sueño. Mientras, ya saben… tututututu quien prenda cohetones durante las fiestas patrias.

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