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ARTE PARA SER HUMANOS

Por: Revista Personae | Karla Aparicio

“Nací entre la magia del arte y los artistas. Me siento muy afortunada por estar acompañada de seres tan extraordinarios”

Crecí en un mundo donde el arte, además de pasión, era una profesión. Mi padre, artista plástico, pintaba con palabras. Pintaba con el puño. Pintaba con los lienzos de los que era dueño. Él es un ser mágico capaz de pintarme sin siquiera tocar mi piel. Es mi héroe. Ocasionalmente, yo también terminaba siendo una pintura, cuando pedía ayudarle a colorear sus cuadros. Era común contemplar el atardecer con él y sus colegas, telas y buenos vinos.

No solo de mi padre tuve esa influencia artística, también de mi tío, cuñado de mi papá, quien fue uno de los más destacados autores de las letras mexicanas. Tuve la buena fortuna de vivir junto a ellos y desarrollarme en un ambiente libre, cálido y creativo.

Con esta suerte es que nació en mí una artista… todo a mi alrededor parecía mirar, oler, sentir y sonar diferente. Ya estaba destinada a ello. Amo esta parte de mí, y es todo un estilo de vida, ya que se es artista las 24 horas del día. Tenemos otra forma de percibir, de sentir y de ver: los artistas vemos con el alma, vemos lo invisible. Somos exploradores, buscadores, poetas y hasta filósofos.

Hay que ser un artista para entender a otros

No existe manifestación de vida plena sin el arte que nace de almas libres, que arranca sentimientos de amor, empatía y compañerismo por las causas más nobles, por las que luchamos los seres humanos.

Los artistas han llegado a miles de corazones: “Quieren la libertad para todos y no para unos cuantos”. Los artistas son seres maravillosos, capaces de crear y transformar la materia en una obra de arte, creando un espacio personal y mágico, a través de una sensibilidad enfocada a observar e interpretar su mirada en el mundo.

EL ARTISTA SE HACE TRABAJANDO

Crear y manifestarse mediante el arte es muy humano, porque es una capacidad innata con la que todos nacemos o que desarrollamos por la necesidad de imaginar nuevos mundos. Ser artista requiere de un gran esfuerzo, porque no es solo tener un don, es imprescindible la formación y la constancia. Cuando trabajas duro en algo te vuelves bueno en eso; siendo bueno lo disfrutas más, y así puedes convertirlo en tu pasión y desde ahí trabajar para sobresalir. Si realmente te esfuerzas y así lo quieres, puedes convertir esa pasión en negocio, alcanzar metas, éxito profesional y económico. Sí, el artista se hace trabajando.

Hay que estar convencido de que quieres dedicar tu vida a la creatividad, porque, seamos sinceros, es un acto de valentía y fe en uno mismo, requiere de un gran esfuerzo y habilidad, porque es fácil querer tirar la toalla. Cada vez que un artista se queda mirando una página en blanco, un lienzo o un trozo de arcilla, debe enfrentar el miedo al vacío y superarlo. Esta travesía exige una búsqueda constante y además es una apuesta a largo plazo.

La vida del artista no es fácil, en verdad, no lo es… A pesar de que a muchos les parezca envidiable y a otros poco digno dedicarse a crear. Entregarse en cuerpo y alma a las musas es, muchas veces, echar por la borda la tradicional oposición que encuentran en muchas de sus familias. Son muchas las noches de insomnio.

Artista, se nace y se hace, pero ¿Cómo se alimenta? Es complejo, ya que son muchas las tensiones enfrentadas… Es la capacidad de comunicar lo sentido que los mantiene vivos… Sin el apoyo de todos ustedes, ARTISTAS –pintores, escultores, escritores, cineastas, músicos, bailarines, arquitectos—esto, lo que denominamos Arte, la acción y expresión de lo que les hace felices y libres, estaríamos en un mundo asfixiante y sin sentido. En definitiva, los Artistas son la joya de la corona.

UN MUNDO SIN ARTE

Imaginemos un mundo sin arte ni cultura, no existirían las novelas, el cine, la música, la poesía, la pintura, el teatro…

Tal vez, sí habría radio y televisión, pero sólo se transmitirán las noticias.

Sí tendríamos universidades, pero se estudiarían carreras sin arte; los libros serían de leyes, matemáticas, medicina, ingeniería.

No existirían los museos, galerías ni conciertos.

Los niños no cantarían ni pintarían.

En los hogares y las oficinas, las paredes estarían vacías. Solo se hablaría de política, ciencias y economía. En las celebraciones, no habría música, ni bailes, solo el murmurar de la gente y el ruido.

Podríamos seguir describiendo un planeta distópico, pero el punto es, que un mundo sin arte sería triste y angustiante.

ARTE PARA SER HUMANOS

Muchos minimizan el valor del arte en la humanidad y tienden a creer que es un aspecto innecesario para la vida. Estoy de acuerdo que los proyectos artísticos y culturales no satisfacen las necesidades vitales, pero sin ellas no seríamos más que robots, sin propósitos, ni emociones.

Uno de los desenlaces de vivir en un mundo sin arte sería un vacío de alegría y diversión.

Las producciones artísticas nos brindan un espacio para sensibilizarnos, fascinarse y olvidarnos – aunque sea un poquito- de nuestros problemas.

Lo maravilloso es que una obra artística puede llegar a sensibilizar desde un solo espectador hasta millones, nos impulsa a creer en un mundo mejor y abrirnos a nuevas ideas, a expresar lo que quizá algunos no sabemos cómo. De eso se trata el arte, de comunicar y mover conciencias. Al final, el artista es un comunicador que ayuda a los demás a expresarse.

¿A quién no le ha cambiado su día después de asistir a una función de cine?

¿Quién no se ha emocionado en un concierto?

¿Quién no se ha impresionado frente a una pintura?

¿Quién no ha vibrado al leer un poema?

Estas pequeñísimas vivencias son las que nos permiten cultivar nuestro jardín interior y hacer que la vida valga la pena.

El arte no solo transmite sensaciones lindas, también nos muestra verdades incómodas, nos evidencia la atrocidad del mundo, nos cuenta la historia, lo que ha hecho que abramos los ojos. Esto no solo nos ha llevado a tener compasión, también nos ha impulsado a algunos a alzar la voz hoy y a lo largo de la historia.

El arte ha sido capaz de decir lo que las palabras no pueden.

El arte es una de las producciones más elevadas de la especie humana, que nos lleva a reflexionar sobre nuestra existencia, los problemas sociales o la vida en general.

El arte facilita la comprensión de otras materias y sirve para enfrentarnos a diversas problemáticas en el desarrollo perceptivo y emocional.

El arte es importante para conservar la identidad y el patrimonio de cada sociedad, transmitiendo de generación en generación.

Como terapia, el arte puede brindar paz, amor y esperanza a los seres humanos.

Aceptaríamos todo sin cuestionar

En suma, un mundo sin arte estaría habitado por seres que no sienten ni piensan de manera crítica. Seríamos una especie animal primitivo, en la que sólo nos aseguraríamos de nuestra supervivencia.

¿Y seguimos dudando si el arte y la cultura son importantes en la sociedad?

Hoy en día, muchos damos prioridad a aspectos superficiales, que no hacen más que debilitar nuestra conciencia y libertad como seres humanos.

A LOS ARTISTAS

Hoy la vida me ha colocado en un lugar privilegiado, donde tengo la fortuna de conocer de cerca la trayectoria de un cúmulo de autores. A cada uno de ellos les considero mis maestros y amigos. Aquilato aún más su presencia.

Como sociedad no tenemos palabras para reconocer el compromiso de ustedes, los artistas.

Nunca será suficiente hacerles llegar nuestro más sincero agradecimiento por haber asumido como suyas, las causas nuestras, las causas de la humanidad.

¡Aplausos a quienes no se rinden, a quienes nos hacen vibrar, confrontar, llorar, reír, bailar, soñar… amar!

Gracias por ser capaces de expresar lo que la palabra no puede.

Gracias por mostrar las cosas que a otros les aterraría decir.

“La emoción del agradecimiento es tan sublime como una obra de arte”.

¡GRACIAS!

Karla Aparicio